Hermano el rinoceronte, del caballo, primo del centauro, el unicornio existe tanto como las especies extintas, los kraken y los perros. Esta afirmación podría ser discutida, por qué ¿de qué manera un perro existe más que un unicornio? Las cavilaciones al respecto terminan cuando dos personas somos incapaces de describir a un perro de manera idéntica. Le pedí a mis dos hijos que dibujaran nuestro perro solo por el placer de probar que el "perro" no existe. Efectivamente, el perro no existe. Cada uno dibujó algún ejemplar de la especie que mejor le parecía: hocicos, patas, orejas, mucho pelo, menos el perro dormido que teníamos delante. ¿Además, el perro de mi infancia y el perro que latente aborda a veces mi imaginación?
Borges, presintiendo su ceguera, dijo que si tuviéramos a un unicornio frente a nosotros no lo reconoceríamos, no sabríamos que se trata efectivamente de un unicornio. Veríamos: cuerno, un color blanco destellante, patas y tórax equino, pero no sabríamos ciertamente que se trata de un unicornio. Quizá un resplandor cubista. Una anécdota de Buda muestra cómo los ciegos luego de tocar solo una parte de un elefante son incapaces de dilucidar el conjunto, el elefante mismo. La respuesta quizá se halle en que el tacto es tan engañoso. La sola idea de las partes construyen el conjunto del unicornio, engañoso al tacto pero problema superado en la imaginación. Y no es que no podamos reconocer al unicornio, porque ya ha existido como ensueño de muchos hombres; el trabajo de los artistas es darle forma definitiva a los objetos desperdigados por el mundo, o las solas ideas de mundo. Por eso sí lo podríamos reconocer, ya que yace en el regazo de muchas damas vírgenes flamencas, florentinas; en tapices orientales, estatuas chinas, en bestiarios; en cautiverio, libres, atacados como presa de caza, en el libro de Job.
En todas esas situaciones reconoceríamos al unicornio.
One response to Pequeña taxonomía. El unicornio I (sin la dama)
Me sirvio muchisimo
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