Pequeña taxonomía-El monstruo del Lago Ness




De saberse vivo, Nessi, como lo llaman sus feligreses, tendría más edad que muchas naciones actuales. Cálculos mal hechos dan como uno solo un ejemplar un animal que probablemente podría ser diez o veinte. La forma de un Cryptoclidus ha adoptado Nessi en la imaginación popular; múltiples avistamientos dan cuenta de un reptil marino del tamaño de un dinosaurio, de cola larga, joroba y mándibula redonda y dentada.

El lago Ness es resultado de un accidente, de cuando las primeras glaciaciones hicieron paso a la masa sólida que formaron las islas británicas. Se trata del lago de gran profundidad y contiene más cantidad de agua que todos los lagos de Inglaterra y Escocia juntos. Escocia se ha considerado, incluso para la imaginación de avanzada como Shakespeare u Orson Welles, viviente lugar donde pacen aún los druidas. Una piedra en Escocia podría convertirse en una entidad animada en la noche, una hoja podría hacer rico a un pobre, en un lago podría merodear un monstruo. El vientre del lago Ness sin duda podría albergar una serie de animales de proporciones océanicas. Las dimensiones de Nessi corresponden a la majestuosidad de su hogar, que para los primeros habitantes escoceses habría parecido un pequeño mar, cuando los mares se pensaban poblados de criaturas gigantescas que gobernaban los vaivenes de la marea.

De la misma raza que Nessi son múltiples avistamientos que los hombres del Medioevo trazaron en sus mapas. Aun si ahora la inteligencia moderna podría explicar la transformación de la naturaleza con etiquetas latinas, y aducir que fueron los cetáceos, por su corpulencia y longitud, el molde de los llamados monstruos marinos, hay miles de kilómetros de mar abisal gobernados por peces fosforescentes cuyos contornos ni los satélites han descifrado. Más cerca de Nessi, sin embargo, no están los moluscos gigantescos que agitan tentáculos tridimensionales en la cartografía medieval, sino los reptiles que pueden dormir al sol y en el agua, y que pueden reproducirse sin que casi quede evidencia en sus propios cuerpos, como sucede con la maternidad de los cetáceos. Porque la familia menor de Nessi son los reptiles mínimos, ruinas de especies mayores cuyos cadáveres adornan museos o duermen en profundidades pronto profanadas.

domingo, 20 de abril de 2014

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