6-7-2012
El dolor de espalda es acaso síntoma de cómo el tiempo se enquista en nuestra columnas. Sostiene esta tribulación que se posa en mi cabeza, que se bambolea cuando camino, mi cabeza cuelga de preocupación, cuelga ciertamente.
Esta es ocurrencia del día seis de julio: increíble cómo no se puede amar a alguien infinitamente más bello que uno. Porque lo es. Debería haber una regla de los genes para que activen todas las llamas del cuerpo frente a belleza ajena. Que descifre mi interior no debería importar. Y qué es más duradero sino esa hechura felina que ningún hombre ostenta salvo él, sí. Pero no lo logras amar. Él tampoco puede amar a un sujeto como yo, su sensibilidad no está acorde con la mía. Soy un forajido. Le he cortado el rostro a una mujer con una navaja oxidada.
Esta es ocurrencia del día seis de julio: increíble cómo no se puede amar a alguien infinitamente más bello que uno. Porque lo es. Debería haber una regla de los genes para que activen todas las llamas del cuerpo frente a belleza ajena. Que descifre mi interior no debería importar. Y qué es más duradero sino esa hechura felina que ningún hombre ostenta salvo él, sí. Pero no lo logras amar. Él tampoco puede amar a un sujeto como yo, su sensibilidad no está acorde con la mía. Soy un forajido. Le he cortado el rostro a una mujer con una navaja oxidada.
Quisiera además alimentarme bien. No tomar licor, no fumar, no drogarme, no comer comidas que emboten mi respiración, no fornicar, vivir como un monje tibetano que se incendia con solo pensar en una chispa. Quiero estar sano porque sé que el dosmilveintidós será el año mejor y quiero estar sano porque en el dosmilveintidós el haber nacido el siglo anterior me servirá de algo. El dosmildoce ya es un año mejor.
Quiero alimentarme y no hacer un artificio sino fabricar un átomo.
Me dicen al oído, vivir años no asegura sino una piel maltratada. Recuerdo que ya hace quince días una tortuga solitaria ha fallecido. Última de toda una estirpe de gigantes. Hubiese querido montar a toda velocidad esa tortuga.
El primer aforismo de W. dice: El mundo es todo lo que es el caso.
Martín Adán piensa. ¿Cuándo seré yo sin mundo ni prójimo?/¿Cuándo será mi verdadera vida?
Picasso de 1901 a 1903 tenía incrustado un vidrio en la retina y veía el panorama con azul melancolía.
El primer aforismo de W. dice: El mundo es todo lo que es el caso.
Martín Adán piensa. ¿Cuándo seré yo sin mundo ni prójimo?/¿Cuándo será mi verdadera vida?
Picasso de 1901 a 1903 tenía incrustado un vidrio en la retina y veía el panorama con azul melancolía.